SETI celebra 30 años de búsqueda de señales extraterrestres
SETI combina radioastronomía de vanguardia, ciencia de datos e investigación planetaria en un esfuerzo global para detectar signos de vida inteligente en el universo.
La gente ha contemplado la Vía Láctea durante miles de años, maravillándose ante su inmensidad. Era solo cuestión de tiempo antes de que comenzaran a preguntarse si podría existir vida similar a la nuestra en los miles de millones de otros mundos que habitan no solo nuestra galaxia, sino todo el universo observable. En 1961, el astrofísico Frank Drake formuló una ecuación sobre la probabilidad de vida en otros mundos, no para evaluar el número de civilizaciones, sino como una forma de impulsar el diálogo científico. Esta ecuación se presentó en la primera reunión científica sobre la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI).
SETI es un esfuerzo científico global centrado en descubrir indicios de vida inteligente fuera de la Tierra mediante proyectos como Breakthrough Listen . Utiliza equipos especializados, como radiotelescopios, que apuntan al cielo para detectar y analizar ondas de radio de banda estrecha o patrones de radiación electromagnética. Estos podrían indicar indicios de actividad tecnológica (transmisiones de radio o señales ópticas) producidas por civilizaciones extraterrestres.
Metodología e instalaciones SETI
SETI se basa en numerosos métodos y tecnologías para buscar señales en el universo. Para empezar, despliega grandes radiotelescopios de alta sensibilidad para detectar con precisión dónde se emiten las señales de banda estrecha. Las instalaciones utilizadas para la investigación de SETI incluyen el Telescopio Green Bank en Virginia Occidental, el Observatorio Parkes, con sede en Australia , y elConjunto de telescopios Allen (Fig. 1) en California.
Fig 1
El Conjunto de Telescopios Allen (ATA), ubicado en el Radio Observatorio Hat Creek en el norte de California, cuenta con 42 antenas parabólicas (cada una de 6,1 metros de ancho). Estas están diseñadas para búsquedas SETI continuas, operando en un rango de frecuencia de 1 a 11 GHz a lo largo de varias octavas del espectro radioeléctrico. Algunos equipos se han modernizado, ampliando la frecuencia a 15 GHz para proyectos de investigación específicos. Gracias a su amplio campo de visión (2,45 grados a una longitud de onda de 21 cm), el ATA puede observar múltiples sistemas estelares simultáneamente.
Los astrónomos apuntan los telescopios a estrellas o regiones celestes específicas para recopilar datos brutos del espectro de microondas antes de digitalizarlos y transmitirlos a supercomputadoras que buscan señales específicas. Los investigadores buscan detectar estas señales que difieren de las que se producen naturalmente. Los algoritmos de procesamiento digital de señales dividen los datos en función del tiempo y la frecuencia para su análisis, detectando variaciones únicas en comparación con el ruido de fondo.
Los filtros excluyen la interferencia de radiofrecuencia generada por el hombre y distinguen las señales de banda estrecha de unos pocos hercios, producidas por transmisores artificiales. Las posibles señales de transmisión extraterrestre se identifican mediante técnicas de umbralización y reconocimiento de patrones. Mientras que la umbralización establece un límite para identificar la señal y el ruido, el reconocimiento de patrones analiza esas características para encontrar propiedades que coincidan con patrones predefinidos, como las esperadas en las señales de transmisión extraterrestre.
Se realizan análisis adicionales si se encuentran señales potenciales para descartar falsos positivos. Los astrónomos también pueden basarse en observaciones multiantena para determinar si la señal proviene de una fuente puntual real o de interferencias de radio. Observaciones adicionales pueden ayudar a verificar señales potenciales. Si los telescopios detectan constantemente señales de la misma zona del cielo, aumenta la probabilidad de que sean artificiales.
Fuente: Electronic Design, publicado en inglés por Cabe Atwell