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martes, 18 de marzo de 2014

Estudiantes y profesionales juniors necesitan un rumbo

Miles de estudiantes y jóvenes profesionales buscan un camino que los conduzca hacia el éxito en nuestros países de América Latina y sólo encuentran indiferencia.

Un jóven que inicia sus estudios en la mayoría de las Universidades de Argentina, por ejemplo, se encuentra con que la mayor parte de los profesores se limitan a explicar las materias con poco entusiasmo y luego de un período de estudio, a medirlos por medio de un exámen. Este mecanismo es suficiente si el objetivo es formar futuros mediocres, gente que cumpla un horario, realice una determinada cantidad de tareas rutinarias y se conforme con una retribución que le permita sobrevivir.
Pero si lo que deseamos es formar personas que se enamoren de su profesión y encuentren el camino para poder dar de sí mucho más que lo que pueda exigirles una  aburrida rutina, tendremos que cambiar unas cuantas cosas para lograrlo.
El primer paso es que los profesores no se conformen con enseñar, sino que disfruten cuando sus alumnos aprenden lo que les enseñan. Para lograrlo ayuda mucho que la enseñanza tenga una conexión contínua y permanente con la realidad.
El aspecto más importante es el entusiasmo. La condición necesaria para que alguien pueda contagiar el entusiasmo, es estar él mismo sinceramente entusiasmado.
Si bien no todos los destinatarios serán necesariamente un campo fértil, si quien transmite el conocimiento está realmente entusiasmado con el tema, tiene un buen conocimiento del mismo,  hace uso de las técnicas para transmitirlo y pone su mejor voluntad para hacerlo, el resultado será alentador.
Para llevar  a la práctica lo que estoy diciendo, los invito a ver el siguiente video en inglés que está subtitulado en muchos idiomas, entre ellos el español y el portugués. Deben configurarlo para disponer de esos subtítulos. Se trata de una exposición magistral del Profesor canadiense Donald Sadoway. Sadoway es profesor de Química de los materiales del MIT, el Instituto Tecnológico de Massachusetts y está tratando de construir una batería de bajo costo y gran tamaño, que permita almacenar  las energías renovables, como la eólica o la solar. En América Latina y en particular en Argentina, tenemos muchos  profesionales que podrían transformarse en “Sadoways” si se lo propusieran, porque tienen la calificación para hacerlo y sería bueno que lo hicieran porque nos hace mucha falta.



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