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domingo, 26 de marzo de 2017

¡No hay tiempo que perder!

El mundo está cada vez más competitivo. Los jóvenes de los países asiáticos no corren, vuelan adquiriendo conocimientos y habilidades. La globalización es imparable y no habrá muros que la puedan detener. La calidad y la eficiencia se introducen en todas partes y la única manera de enfrentarlas es produciendo con más calidad y eficiencia. ¿Están los jóvenes latinoamericanos preparándose para enfrentar esta realidad?


La realidad
Cada vez hay más máquinas haciendo tareas que hasta hace poco eran realizadas por seres humanos. En las fábricas, los robots, dotados de inteligencia artificial, realizan cada vez mas trabajos y con mayor velocidad y eficiencia que los seres humanos. Además, los robots no se cansan, ni tienen dolores de cabeza, ni exigen derechos, solo trabajan sin parar y sin quejarse.
Se estima que el 80% de las tareas en la fabricación de un automóvil son realizadas actualmente por robots.
Dentro de un programa para simplificar la comunicación de humanos con robots, actualmente en el MIT (Massachusetts Institute of Technology) (Instituto Tecnológco de Massachusetts) ya están logrando que las personas se comuniquen con los robots por telepatía, utilizando las ondas cerebrales obtenidas mediante un encefalógrafo. De esta forma, la comunicación de las personas para darles órdenes e instrucciones a los robots, será tan amigable que ya no serán necesarios programadores para esas funciones.




Con computadoras cada vez más rápidas y con softwares cada vez más especializados en las distintas disciplínas, un operador puede reemplazar a varios operadores que antes realizaban tareas solo dotados de papel y lápiz.
Las tareas de supervisión en la agricultura, ganadería, grandes obras en campo abierto, que hasta hace poco eran realizadas por capataces que, pegados al asiento de una camioneta, recorrían de manera intensiva las instalaciones, están siendo reemplazados por la información que suministran satélites y drones.
Hoy se discute la necesidad de que los profesores  transmitan  información teórica a sus alumnos, con la idea de que esta acción se realice a través de internet, desde servidores que dispongan de esa información, reservando la función de los profesores a las actividades prácticas únicamente.
Estamos en medio de una revolución diferente a la revolucilon industrial del siglo 19, que consistía en reemplazar la fuerza realizada por seres vivos, como personas, caballos y bueyes, por la fuerza de  las máquinas. Hoy en día se tiende a reemplazan todas las tareas, incluyendo a las más delicadas, por máquinas que las hacen con mayor confiabilidad y rapidez.
Algo de historia
El reemplazo del hombre por la máquina es algo que algunos visionarios ya veían venir en la década de 1960 y algunos de nosotros asistíamos a sus conferencias sobre cibernética algo incrédulos y desconfiados de sus advertencias. Algunos optimistas intentaban contradecirlos, expresando ideas tranquilizadoras, como que las máquinas solo harían que los seres humanos realizáramos tareas más dignas, ya que el trabajo indeseable quedaría a cargo de las máquinas, mejorando la situación. En esa época todavía usábamos computadoras analógicas, de las cuales la hermana menor era la regla de cálculo, que nos permitía hacer los cálculos de manera aproximada con gran esfuerzo. Las computadoras digitales eran una curiosidad y cada una de ellas ocupaba una habitación.
A fines de la década de 1970, trabajando en un laboratorio de AEG - Telefunken en Brasil, recibí la orden de dirigirme a la línea de producción en serie de los transceptores de VHF a colaborar con el robot que realizaba el test de los equipos terminados, que consistía en medirles todas las especificaciones, tales como sensibilidad, selectividad, etc. Cuando un equipo no cumplía con las especificaciones, el robot simplemente lo rechazaba. En este caso, el robot había rechazado todo el lote de los equipos y yo debía encontrar la causa. Mediante mediciones convencionales, encontré que la causa eran varios capacitores defectuosos en la etapa del amplificador de radiofrecuencia. A medida que los fui reemplazando, debí pasar nuevamente los equipos por la computadora, para que los fuera aprobando. Ese día sentí la sensación de que la computadora, no solo reemplazaba el trabajo de los técnicos de línea, que antes medían los equipos, sino que también era mi jefa!
Recién en la década de 1980 las computadoras digitales dejaron de ser máquinas aritmética aisladas, para comenzar a comunicarse entre sí, mediante la transmisión de paquetes de datos. Los canales de comunicación eran ruidosos y constituían un obstáculo más a vencer en la transmisión de datos. En la década de 1990 pasamos de los esquemas centralizados de grandes máquinas como el AS-400, que alimentaba cantidades enormes de terminales bobos, que funcionaban usando la inteligencia de la máquina central, a las LAN y WAN que consistían en computadoras personales (PC) interconectadas entre sí, con inteligencia propia y usando servidores que colaboraban con las redes en temas específicos.
Pero a medida que la tecnología iba avanzando, también avanzaban las velocidades de los datos transmitidos (bits/seg), el ancho de banda (Hz) y la complejidad y el precio de los equipamientos utilizados. Entonces la transmisión de datos, que realizábamos mediante cables telefónicos y modems con equipos de radio monocanales y multicanales analógicos, ya no podían ser vendidos e instalados por los técnicos independientes y el servicio quedaba cada vez más en manos de las multinacionales. Nuestro trabajo quedó obsoleto y tuvimos que reinventar nuestra función. Comenzamos a instalar radios digitales que transmitieran tramas E1 (2Mbits/seg), con modulantes PCM (Pulse Code Modulation), en frecuencias de 23GHz dentro de las ciudades y algo más bajas para distancias algo mayores. Ahora en el mismo haz de radiofrecuencia transmitíamos una trama E1 para voz (30 canales telefónicos) y otra para datos. Antes, los mono y multicanales, y los cables telefónicos, eran fabricados en Argentina, pero ahora los radios digitales era necesario importarlos. Las telefónicas, privatizadas en Argentina, competían con nosotros, los independientes, ofreciendo el mismo servicio por fibra óptica o radiofrecuencia, pero con el pago de un monto considerable para la instalación, más un abono mensual por el servicio. Como sus precios eran altos, pudimos competir con ellas, que tenían a su favor el respaldo que les daba su nombre y muchos usuarios no tuvieron el coraje suficiente para prescindir de ellas.
Tuvimos que aprender sin internet, porque todavía no estaba suficientemente desarrollado, muchos protocolos como el X25, los nuevos cableados para las redes de datos, primero con coaxiles y luego con UTP. Eran los libros, revistas, folletos y conferencias, nuestras fuentes de información. A nuestro favor solo estaban la necesidad de seguir dentro del mercado y nuestra voluntad por aprender.
A medida que internet se fue haciendo más accesible, devorábamos la información que nos ofrecía, por supuesto en inglés si queríamos leer algo de calidad. Hoy en día también es necesario buscar textos en inglés y en lo posible originados en EEUU, si queremos encontrar información de calidad.
Los jóvenes del siglo XXI
Los jóvenes del siglo XXI, tienen a disposición varias puertas por donde acceder a situaciones futuras que les permitirán vivir dentro del mundo y no fuera de él. Las llaves de todas esas puertas son el conocimiento y habilidades que adquieran.
Muchos profesores, de varios países latinoamericanos, se quejan de que los alumnos del secundario van a clase a perder el tiempo, sin el menor interés por aprender y que les faltan el respeto. También algunos se quejan de que reciben órdenes, o presiones para aprobar a sus alumnos aunque no sepan.
Recientemente, en una Universidad argentina se comprobó que muchas tesis de los alumnos universitarios fueron compradas a “especialistas” en fabricarlas a pedido.
En las escuelas primarias y secundarias de Argentina, muchos docentes son agredidos por los padres de los alumnos, cuando sus hijos son aplazados o amonestados.
En Argentina existe una disconformidad permanente de los maestros y profesores sobre el salario que reciben.
Por su parte, muchos alumnos se quejan de que sus profesores no les suministran una enseñanza acorde con lo que necesitan aprender en el siglo XXI.
Es probable que se esté produciendo también una realimentación de fallas. Muchos docentes podrían no estarse sintiendo incentivados a mejorar sus clases, debido al desinterés de los alumnos por aprender. Por otra parte, el desinterés de los alumnos se podría producir, al menos en parte, por la falta de habilidad y conocimiento de los profesores para entusiasmarlos y enseñarles.
Algunos análisis sobre los malos resultados en el aprendizaje de nuestros jóvenes centran el problema en diferencias económicas, entre distintas clases sociales.
En las Pruebas Pisa (Programme for International Student Assessment) (Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes), que se realiza a los jóvenes de 15 años, los países de América Latina están ubicados en  las peores posiciones.
Es probable que todo lo dicho hasta ahora influya sobre los pobres resultados de nuestros jóvenes, pero hay más causas probables: 1) El nivel cultural medio del ambiente familiar ha ido drásticamente en descenso en los últimos años, influyendo en los niños desde temprana edad; 2) El nivel cultural de las poblaciones es actualmente muy bajo, incentivado por programas masivos de TV, por ejemplo, donde se transmite incultura a manos llenas; 3) Hace algunas décadas, se aconsejaba a los jóvenes leer los diarios, a fin de informarse sobre los distintos temas y mejorar su cultura general. Hoy en día, con el bajo nivel de conocimiento del periodismo en América Latina, constituyen una verdadera fuente de confusión y desinformación; 4) El pésimo mal ejemplo que dan los gobernantes, que muestran errores de concepto y hasta de expresión en su propio idioma.
BBC Mundo invitó a una de las autoridades mundiales en educación, el chileno José Joaquín Brunner, a compartir su visión con los lectores, respecto a como mejorar la educación en América Latina y obtener mejores resultados en las pruebas PISA y esta fue una de las frases que expresó:
“En primer lugar, es posible mejorar resultados del aprendizaje, pero para lograrlo se requiere un esfuerzo concertado de la nación: del gobierno y los colegios, de las familias y autoridades locales, de los empresarios y universidades, de la sociedad civil y organizaciones no gubernamentales y, prioritariamente, de los docentes y sus alumnos. Se requieren políticas de largo plazo, estables, coherentes y dotadas de suficientes recursos.”
Conclusión
Creo que hasta que todo esto se concrete, lo más práctico será explicar a los mayores interesados la realidad, o sea a los jóvenes, que no hay tiempo que perder en cuanto a la adquisición de conocimientos y habilidades. Ellos podrán compensar, con voluntad y sacrificio, todas las falencias que puedan existir en el sistema y en los maestros y profesores. De esa manera podrán llegar a tener chances de equilibrar a la competencia que tendrán que enfrentar, proveniente de los países asiáticos.


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